Siempre hago lo mejor
que puedo
pero nunca es
suficiente.
Prefiero arrepentirme
de mis errores
despiertos
que de mis quizás
dormidos.
Compongo,
edito,
intento fijar un orden
en las infinitas
posibilidades
del caos.
Eyaculo metáforas
imposibles
para limpiarme de todo
lo que no me sirve.
Para entender que el
mundo
esta lleno de cosas
que no me sirven,
no me encienden,
no me cautivan,
ni siquiera me tocan
un pelo,
una mínima partícula,
nada
de nada.
Atravieso la ciudad
dormida
en busca de un poema
naufragado en cualquier
esquina
de las periferias,
habitadas por hojas
desalojadas por este
Mayo
sediento
de crepúsculos
clementes.
Este es mi
poema
cruzando el riachuelo en
bicicleta
por la madrugada,
cagado de frío,
abstinente de perfumes
íntimamente únicos,
irrepetiblemente
irreproducibles.
Buscando un oasis en
este desierto
encuentra solo
espejismos.
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