atrapado en la materia
incapaz de trascender,
pagado a este cuerpo
que ya no siente
sino el cansancio del dolor
de no existir
de estar sin que me vean
de hablar sin que me escuchen
de ser un fantasma
alimentándome de nostalgias,
recuerdos pretéritos,
el pasado se quedó tatuado en mi alma
indeleble
imborrable.
Los días de ayer devorando a los de hoy
anclándome para siempre
en esta casa
en esa melodía
de evocaciones añoradas
que se repiten como un loop infinito en mi cabeza,
reemplazando a mis pensamientos
que ya se han ido
no sé donde
ni cuando.
Todo en mi es ayer
¡Decime si encontras algo más absurdo que un fantasma atreviéndose a proyectar su futuro!
No pude encontrar la salida del laberinto del tiempo
no pude escapar
y quedé
para siempre
preso
atado a las cosas
que no supe abandonar
apegado a los afectos
que aún viven y respiran
incapaces de percibirme
y estoy tan cerca
y estoy tan lejos
padeciendo el infortunio de ser testigo
de cómo sigue todo sin mi.
Así,
encuentro a mis amores encontrando nuevos
encuentro mi casa habitada por otros
encuentro mis cosas en cajas cerradas, embaladas,
ocupando un espacio en un altillo
sin que a nadie le importen.
Me he quedado afuera de lo eterno
la muerte me agarró con demasiadas cosas inconclusas
mi condena fue la arrogancia irresponsable
de dejar todo para mañana
yo no lo sabía
(recién ahora lo entiendo, cuando ya es demasiado tarde para poder hacer algo al respecto)
que vivir cada día
como si fuese el último
era el verdadero secreto
de esta vida
(texto para la performance del día de los muertos 4/11/11)
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