sábado, 16 de julio de 2011


Ella dice que algunas almas brillan
Ella escucha que dicen que algunas almas brillan
Grita su alma un aullido de loba seducida por el fuego
Juego del fuego que brilla en el interior de su pupila
hasta llegar al alma.
Alma que ama lo que brilla porque no brilla por si misma,
porque e incapaz de hacerlo,
o porque no tiene alma,
pero tiene fuego
y sabe jugar con él
mientras calla
y piensa
porque algunas almas
brillan
como el fuego
o como una loba aullando bajo la lluvia.
Lluvia que moja al fuego,
fuego que extingue el juego
en el interior del alma que brilla
en los ojos de una chica que mata a una loba
por miedo
a las almas que brillan más de lo que brillan las almas que brillan.
Ahora
solo queda ella
diciendo cosas
de otras pupilas
pupilas que,
según ella,
brillan.
Ella dice que la culpa de todo este lio la tienen las lobas,
que se dejan seducir por el fuego
creyendo que son almas que brillan.
Si las lobas pudieran defenderse con explicaciones, en vez de con mordeduras,
dirían que la culpa la tienen las almas
esas que ella dice
que brillan. 

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