La noche abre una grieta
que
podría ser una puerta
o
una herida.
Que
podría ser un sexo
húmedo
de sed.
Por
ahí se filtran
nuestros
gestos alterados
de
tantas palabras ciegas.
Por
ahí se expanden
los
olores de la noche con todos sus deseos.
Mi
casa está muy lejos,
aunque
no tanto como mis universos guardados de
cosas no dichas.
Mis
nueve vidas perdidas
en
silencios.
Lo
contrario a un puente
Lo
contrario a un regalo
Collage
de la memoria
rearmando
melodías
en
sueños enviciados
que
entonan las estrellas.
Brillos
de humos salvajes
transformados
en tintas
para
divagar un poema
que
le roba distancias al tiempo,
sonrisas
a la muerte,
suspiros
a las almohadas,
canciones
al silencio,
cicatrices
a las heridas.
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