jueves, 26 de febrero de 2015

Había una vez un motociclista vegano.
Fue por primera vez a un motoencuentro en Tristán Suarez y todos (hasta las minas) se burlaron de él.
Pocos meses después vendió su moto por mercado libre.com y abrió una bicicletería, a la que le puso: “Berenjena Bikes”



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