Como un caleidoscopio desesperado
las nubes vinieron a invadir el cielo,
dejando al sol curioso por lo que pasaría ese día en la Tierra.
Ignoraría por siempre la frustración de las señoras que habían preparado tanto, soñado tanto, su paseo por paisajes bañados en auras doradas proyectadas entre el follaje, dejando ver el polen que danza el sonido de las hojas contra el viento.
Ignoraría el trance de los gatos en sus siestas voluptuosas,
las meditaciones de los seres elevados,
la supervivencia de los desamparados,
la soledad de los que sufren,
las risas de los niños saltando flores, que se desperezan sintiendo el calor despertarlas.
No sol, hoy no
no sol, hoy no
no sol, hoy no verás esas partes de la Tierra que las nubes han osado cubrirte:
grises, blancas, majestuosas o burlonas,
escondiendo figuras para los humanos
que las observan
ignorando tu ignorancia.
Hoy no sol
hoy no
Algunos corazones melancólicos
disfrutan de tu ausencia
Algunas aves te aclaman
Algunas moscas te buscan
Algunos lobos se quedan dormidos,
esperándote.
Y vos nunca pero nunca lo sabrás
¡Lo ignorarás por siempre!¨
Oh sol,
que lejos te encuentras para poder saberlo!
¿Llegarán hacia vos nuestros rezos,
nuestras plegarias, nuestras meditaciones,
los cultos que el hombre te ha regalado,
sus ofrendas y sacrificios?
¿Tienen,
quizás,
alguna importancia para tu ignorancia arrogante de sol majestuoso?
Hoy no sol
no sol, hoy no
hoy no sol
no sol, hoy no
hoy no sol, hoy no
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