martes, 30 de octubre de 2012

El Refugio


Cuando me preguntaba donde había dejado la poesía
donde la había perdido
en cuál desorden
dónde.

Cuando la extrañaba
como se extraña la caricia de una mano perfumada
con tu sexo en tu almohada
y amaneceres...

Sin saber quien había sido el abandonado,
quien habría tomado la primera iniciativa.

Entonces me sumergí en el Refugio
del polvo y la sangre
del caos como un mecanismo en acción,
que planta un vórtice de fuego para una lluvia inservible.

Patriarcado de semen
y voces de niños
jugando con los fantasmas en las sombras.
Rituales invisibles 
proyectados en las velas de un santuario.

Reino de la magia negra,
tribu de la magia blanca
Un lobo aúlla entre los caños despiertos
llamando al viento de la noche.

Los barcos aguardan dormidos,
mientras los acorazados barren tormentas.

Amo esas voces que quiebran la monotonía de la muerte.
Amo el silencio que las justifica.
Soy esa tribu que soñé tantas veces.

Se proyecta dentro de mi craneo una película que vería mil veces,
ad eternum,
todo está ahí.

Lo que pone en funcionamiento el motor del espíritu,
la tragedia sepultada en la noche de las cruces de sombras,
las miradas como abismos que ascienden hacia el mas vasto de los cielos.

El infierno que descansa,
aunque sus brillos están invadiéndolo todo,
viviendo en cada una de las miradas y los gestos.

Una herida abierta,
una ley violada
como una chica
perdida en la noche
de la fe y la ginebra
de la danza y la leyenda.

Los pechos desnudos al frío de estar resistiendo,
animales de caza en la noche eterna.
La poesía ha vuelto
capturada por un sistema binario
que logró despertarla
de su amargo sueño.
Para ir a perderse en las tragedias de lunáticos héroes
durmiendo en los cartones de las noches
gritando un sapucai
que estremece a los muertos.
Mientras una estuatilla negra cuida una bala
en el santuario de los días
que vendrán...

(Este poema esta dedicado a Ricardo Becher y fue escrito durante el rodaje de la película “El Gauchito Gil, la sangre inocente”. Se publicó por BAFICI Ediciones dentro del libro “El Espíritu de un film” 2006)

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