contemplé crepúsculos, estrellas, lunas menguantes y amaneceres
Me fundí en el horizontal paisaje de monótona patagonia;
soñando la vida en esos hogares delatados por sus luces,
como astros caídos
irrumpiendo,
desafiando,
la oscuridad de la noche.
Atravesé ríos, arroyos y lagunas
con la sed en mi garganta
dormida de palabras.
Llegué al punto final de tantos relatos y poemas;
agotando las baterías de mis reproductores de ritmos y melodías
que me acunaron en el silencio de mis sueños,
donde otra vez aparecías como protagonista
en el vasto elenco de mis afectos.
Dudé, putié y seguí
la verdad es que nunca estuve seguro de nada,
más allá de que mi amor por vos
es mucho más grande que cualquier continente
y que cualquier distancia.
Gasté todos mis ahorros en gas oil, peajes y sobornos a la policía
y a los sindicatos de choferes de buses.
Toleré la parodia de los pasos fronterizos
odiando más que nunca las banderas de los países,
los limites de las provincias,
las tan ficticias y absurdas subdivisiones para circular por este mundo;
alimentando a los vampiros de la burocracia,
esperando en largas filas
de horas infinitas,
perdido en laberintos de timbrados y firmas
solo para poder verte, abrazarte, tenerte de nuevo en mis brazos
y yo sintiéndote tan cerca cuando vos estabas tan lejos;
más allá de desiertos, mesetas y valles,
del otro lado de la cordillera,
de días y noches y días
33 horas de viaje,
una por cada año de mi vida
donde morí y nací al volverte a ver.
(a Libeth Leonor 17/12/2011)
(foto de Otto Loco)
(foto de Otto Loco)
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