domingo, 30 de agosto de 2015

Corbata, un nudo en el cuello del hombre elegante, un símbolo de poder, falo dormido tapando botones de camisas que guardan sudores disimulados con costosos perfumes importados, la ultima fragancia de la temporada para disimular la fetidez de los ríos contaminados por los residuos de las empresas donde se galantean corbatas nuevas y tarjetas personales. Corbata capital. A los coyas no les interesa aprender a anudar en sus robustos cuellos tu estigma de status cuo. Corbata venite a Sorata para verte ridícula puesta en un burro cargando estiércol para abonar la tierra. La Pacha no te usa corbata, la Pacha te embarra, te ensucia; quiero verte absurda, sucia y mal usada en la trenza de una cholita peleando cacht en El Alto por ochenta bolivianos la entrada. Quiero verte pisada por un mono en las yungas, usada de guairo para cargar a un niño de cachetes inflados. La palabra corbata en Aymará no existe, en Quechua tampoco, ni en ninguna de las lenguas originarias. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario