que juegan
a perderse por los pasillos de la fiebre.
Voy a cazarlas
para mostrárselas al sol
para gritar tu nombre
y curarte
y curarnos.
En el esplendor de venus,
en la hora de la primera estrella,
en el último asiento del bondi,
en la concha de dios,
en el prisma de los cristales sumergidos,
en tu sonrisa enamorada,
en el infinito de tu mirada,
en el half de tus pestañas donde hago un truco de skate,
en el eco de tus pasos,
en el supuesto silencio mentiroso de un
tren partiendo,
a la vuelta de una duda,
a centímetros de un beso,
de una caricia,
que te toma por sorpresa.
Alguna melodía
que te evoca
dormida
empapada de música,
con un aura de polvo
en los flers de tu ventana
abierta al sol de la mañana borracha.
En tu hoja en blanco se dibuja algo
el boceto de un mundo
de una nueva galaxia,
el ritmo de tu lápiz
hace danzar los rieles dormidos
de rutina y hastío
en limosnas de gestos
amables .
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